¿Por qué roncamos?

El ronquido es un ruido que se produce durante la inspiración, y a veces también durante la espiración, mientras dormimos. Aunque no todo el mundo ronca, este fenómeno es muy frecuente y algunos estudios han reportado su existencia hasta en un  45 % de la población.

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¡Hasta la vecina lo escucha y la luna se sorprende!

¿Cómo y por qué se genera el ronquido? Primero, veamos el contexto. El aire que respiramos atraviesa varias estructuras antes de llegar a los alvéolos pulmonares. Luego de penetrar por las fosas nasales, el aire continúa hacia un tubo blando de forma irregular denominado  orofaringe1 (Fig. 2), para luego pasar a la tráquea, tubo cartilaginoso que se ramifica en dos bronquios; estos a su vez originan los bronquios secundarios, continúan los pequeños bronquios y bronquiolos y finalmente los álvéolos (Fig. 3), lugar donde se realiza la oxigenación de la sangre y el organismo se desembaraza del anhídrido carbónico producido por el metabolismo de las células.  El aire se mueve por estas estructuras desde sitios de mayor presión a sitios de menor presión, desde la atmósfera hacia la nariz, desde la nariz hacia la orofaringe, y así sucesivamente, hasta llegar a los alvéolos. De esto deducimos que en la nariz y en la orofaringe existe menor presión que en la atmósfera.

Figura 2. Detalle de la vía aérea superior http://goo.gl/pMiK5n

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Figura 3. Diagrama del Aparato Respiratorio. http://goo.gl/Mu2Awn

La orofaringe es un tubo de  paredes blandas, que le confieren la versatilidad necesaria a sus diferentes funciones: la respiración, el paso de los alimentos y el habla. La apertura de la orofaringe depende de la diferencia de presión que exista en cada momento entre la luz del tubo y el exterior del mismo. Los tejidos que rodean la faringe ejercen presión hacia dentro de la misma y tienden a cerrarla. El que esta se mantenga abierta dependerá de que la presión en su interior sea mayor que la que ejercen los tejidos.

Al ser la presión interna de la orofaringe menor que la presión atmosférica, la diferencia de presiones no favorece su apertura, por el contrario, el juego de presiones tiende a cerrarla. 

La orofaringe se mantiene abierta por la acción de los músculos dilatadores que forman sus paredes. Estos músculos al contraerse aumentan la apertura y rigidez de sus paredes, lo cual contrarresta la tendencia al cierre. Al estar despiertos, es decir en vigilia, la contracción tónica de los músculos mencionados mantienen abierta la faringe. Al dormir, la actividad de estos músculos disminuye y en consecuencia disminuye la apertura de la orofaringe.

El aumento de la resistencia al paso del aire ocasionado por la disminución de su apertura provoca un flujo turbulento de aire, que choca contra el paladar blando, la úvula, las paredes laterales, la epiglotis y las cuerdas vocales (Fig. 4). Es la vibración de estas estructuras lo que escuchamos y conocemos como ronquido. Es así como el ronquido es una expresión del aumento de la resistencia al paso del aire por la orofaringe mientras dormimos.

Figura 4. Tomada de http://goo.gl/ARXPzq
Figura 4. Modificada de http://goo.gl/ZinuLW

Si es muy fuerte, el ronquido puede perturbar a los que duermen alrededor, pudiendo generar malestar o un problema conyugal o social. De hecho, medido en decibelios, el ruido puede alcanzar en algunos casos hasta 80-90 decibelios, que es el equivalente al que provoca un camión rodando a velocidad en una autopista. Teniendo en cuenta que el límite de daño auditivo se estima en 65 decibelios, no son despreciables las consecuencias auditivas sobre el propio roncador al estar sometido continuamente a ruidos de alta intensidad y de hecho,  se han descrito casos de sordera provocadas por el propio ronquido.

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El ronquido es más frecuente en los hombres     http://http://goo.gl/U2QadZ

El ronquido puede ser benigno y no pasar de ser un hecho anecdótico, pero también puede reflejar situaciones comprometedoras para la salud de la persona, como la oclusión parcial o total de la vía aérea, fenómenos que ocasionan disminución del volumen de aire que llega a los alvéolos pulmonares -disminución de la ventilación- y con ello disminución de la oxigenación de la sangre por el menor intercambio de oxígeno y la menor saturación de la  Hemoglobinacon el oxígeno.

Intercambio de oxígeno -O2- y anhídrido carbónico -CO2- en los álveolos pulmonares

 

En el argot médico se denomina hipopnea a la oclusión parcial de la vía aérea y a la oclusión total, apnea. El ronquido, las hipopneas y las apneas constituyen los llamados trastornos respiratorios durante el sueño. Si la magnitud y frecuencia de estos desarreglos en una persona es significativa, estaremos ante la presencia de un cuadro conocido como Apnea Obstructiva del Sueño.

De allí que el ronquido ha tomado importancia médica y es un síntoma estudiado por la Medicina del Sueño, por ser un posible marcador de una patología que genera consecuencias muy perjudiciales para la salud de la persona.

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1    Orofaringe: Porción de la faringe que se encuentra detrás de la cavidad bucal, siendo los pilares anteriores de paladar los que establecen el límite entre ambas cavidades. Se extiende desde el paladar blando hasta el hueso hioides e incluye al tercio posterior de la lengua.

2   La Hemoglobina es una proteína que contiene hierro en su estructura y transporta el oxígeno en la sangre. Una molécula tiene la capacidad de transportar 4 átomos de Oxígeno. Usualmente al respirar aire ambiental un 97 % de las moléculas de Hemoglobina están ocupadas con Oxígeno, decimos que su saturación es de un 97 %. Al disminuir la ventilación la saturación de la Hemoglobina disminuye, lo que se conoce como desaturación de la Hemoglobina.

 

 

 

 

Mi abuelo dice que no duerme…

“Mi abuelo dice que no duerme… y sin embargo lo oigo roncar”. Esta frase la escuchamos a menudo y no nos sorprende, ya que los ancianos se quejan de no dormir bien. Y por lo general tienen razón, veamos porqué.

La mitad de los ancianos –y damos este apelativo a los mayores de 65 años- se quejan de tener problemas de sueño, reportando dificultad para iniciar y/o mantener el sueño y sueño poco reparador. De hecho, para algunos investigadores, el avance de la edad aumenta la probabilidad de tener insomnio, lo que también sucede para otros trastornos del dormir, como el ronquido y el cese temporal y recurrente de la respiración durante el sueño – o apnea del sueño. Pero a pesar de que algunos se quejan de mayor tiempo para dormirse, los registros de sueño muestran que el cambio que ocurre más consistentemente es la fragmentación del sueño, es decir, la interrupción frecuente del sueño. Una dimensión de la fragmentación o discontinuidad del sueño es el Índice de microdespertares por hora, que resulta de dividir el número de despertares breves (menores de 15 segundos) entre el número de horas de sueño. Este índice es mayor en los ancianos y se hace más severo si coexisten desórdenes respiratorios como el ronquido y la apnea del sueño. En estas condiciones el sueño se interrumpe recurrentemente y se hace más ligero. La fragmentación del sueño aumenta el tiempo de vigilia dentro del período de sueño, por lo que disminuye la eficiencia del sueño1.

Otro aspecto a considerar en los ancianos es la profundidad del sueño. Las investigaciones han mostrado que el sueño va haciéndose más superficial en los hombres a medida que envejecen,  existiendo una  notable diferencia entre los sexos. Dicho de otra manera, las mujeres dormimos más profundamente que los hombres a medida que envejecemos. Un estudio2 ampliamente citado suministra cifras muy interesantes: Por encima de los 70 años los hombres pasan 5,5 % del período de sueño durmiendo profundamente, mientras que las mujeres dormimos profundamente 17,2 % del tiempo, esa misma edad. Ese hallazgo, de ser corroborado por otros estudios, lleva a hacerse la pregunta. ¿Por qué esa diferencia? ¿Tendrá ello relación con la mayor longevidad de las mujeres?

Una consecuencia de la carencia de sueño profundo es la disminución de la secreción de la hormona de crecimiento. Esta hormona, importante en el adulto para mantener en buena forma los tejidos y la capacidad del sistema inmunológico para defenderse de las agresiones externas, se secreta primariamente durante el sueño profundo.  A medida que disminuye el sueño profundo, también lo hace la hormona de crecimiento y por ende, se debilita la restauración del organismo y la posibilidad de defensa contra los gérmenes invasores.

Regresemos a la observación con que iniciamos este artículo: Es cierto, oímos roncar a nuestro abuelo, pero a pesar de que duerme, su sueño es menos reparador ya que es más discontinuo y más superficial. De allí que hay que prestar atención a la queja de insomnio de los abuelos y tomar todas las medidas posibles para mejorar su calidad del sueño, y esto redundará en mejor calidad de vida y mayor longevidad.

1  La eficiencia del sueño es una medida que resulta de dividir el número de minutos   de sueño entre el número de minutos en la cama.

2  Redline et al. “The effects of age, sex, ethnicity, and sleep-disordered breathing on sleep architecture” Arch Intern Med 2004; 164:406-418.